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Publicado: Miércoles, 06 Marzo 2024 19:05
Estos electrodomésticos suelen durar entre 10 y 15 años
La nevera es uno de los electrodomésticos más importantes de la casa, por eso cuidar su tiempo vida permitirá ahorrar dinero y cuidar los alimentos por mucho más tiempo. Como solución hay un ‘botón’ secreto que permite alargar ese plazo y es un truco que todos los usuarios pueden implementar en sus hogares.
Por lo general, una nevera moderna está diseñada para durar entre 10 a 15 años, dependiendo de factores como la marca, la calidad de fabricación y el mantenimiento adecuado. Sin embargo, ese promedio es posible extenderlo y todo dependerá de nosotros.
Cómo alargar el tiempo de vida de una nevera
Si en algún momento estamos limpiando la nevera y vemos que se está acumulando agua en el cajón de verduras, se trata de una señal de que algo no está funcionando correctamente y es allí donde el ‘botón’ secreto aparece en escena.
Al retirar los compartimientos y cajones, encontraremos un pequeño botón o agujero en la parte baja de la nevera. Aunque pueda parecer algo pequeño y sin mayor trascendencia, se trata del conducto de desagüe del electrodoméstico. Una función que muchos usuarios desconocen, pero que puede ayudar a mejorar el rendimiento y durabilidad.
Este ‘botón’ es importante porque la acumulación de agua en los cajones de la nevera suele ser un síntoma de que los conductos de descongelación están obstruidos. Normalmente, el exceso de agua generado se canaliza a través de este conducto hasta un recipiente en la parte trasera de la nevera, donde se evapora.
Sin embargo, cuando este conducto se obstruye, el agua se acumula en la parte baja de la nevera, generando problemas a largo plazo. Por lo que hay que resolverlo lo más pronto posible.
La limpieza de este conducto no es tan complicada. Para hacerlo hay que desconectar la nevera, retirar los alimentos, y localizar orificio de desagüe, que generalmente está ubicado en la parte trasera.
Después, con una herramienta larga, como un alambre o incluso un desatascador, se pueden limpiar los conductos obstruidos. En caso de tener más problemas en el proceso, la recomendación es usar agua tibia con detergente para limpiar el conducto.
Este ‘botón’ secreto puede ayudar a alargar la vida útil de la nevera porque evita los problemas causados por la acumulación de agua. Cuando el agua se estanca en la parte baja, puede afectar la eficiencia del electrodoméstico y también su durabilidad. Además, la humedad constante en el interior puede empezar a formar moho y hongos, afectando la higiene y la calidad de nuestros alimentos.
Al mantener limpio y despejado el conducto de desagüe, permitiremos que el dispositivo funcione de una manera más eficiente, ya que una nevera que no tiene que lidiar con la acumulación de agua puede mantener temperaturas más estables y conservar mejor los alimentos.
Otro truco para mejorar la calidad de vida de la nevera
Además de cuidar el conducto de desagüe, es importante tener presente otra recomendación que puede afectar la vida útil de tu nevera: la desconexión prolongada. Si por algún motivo necesitamos dejar desconectado el dispositivo durante un período prolongado, hay que tener en cuenta que esto puede tener un impacto en su funcionamiento y durabilidad.
Los componentes internos, como los compresores y las tuberías, pueden sufrir debido a la falta de uso y lubricación. Al reconectar la nevera después de un largo período de inactividad, es posible que los compresores necesiten trabajar más para alcanzar la temperatura adecuada y estabilizar el electrodoméstico.
En caso de tener que desconectar la nevera por mucho tiempo, lo mejor es seguir los siguientes consejos:
Limpiar y desinfectar la nevera antes de desconectarla.
Dejar la puerta entreabierta para permitir la circulación del aire y evitar olores desagradables.
Colocar un recipiente con bicarbonato de sodio dentro de la nevera para absorber cualquier olor residual.
Fuente: infobae.com
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Publicado: Miércoles, 28 Febrero 2024 18:59
Esta técnica se llama esteganografía y consiste en ocultar códigos malignos en fotografías
En el vasto y complejo mundo del internet, un fenómeno oculto está adquiriendo notoriedad por las graves implicaciones que tiene para la privacidad de los usuarios.
La esteganografía, una técnica sofisticada que algunos ciberdelincuentes están utilizando para infiltrar malware en dispositivos a través de imágenes aparentemente inofensivas.
Esta táctica permite que códigos malintencionados queden escondidos dentro de fotografías, videos o cualquier archivo visual, pasando desapercibidos para la mayoría de los internautas.
La gravedad de este método radica en su capacidad para obtener información personal sin levantar sospechas, poniendo así en riesgo la seguridad de quienes navegan en la red sin sospechar que detrás de una simple imagen puede esconderse una gran amenaza.
¿Cómo se oculta malware en una foto?
Existen numerosos episodios donde se ha recurrido al uso de imágenes para esparcir software dañino. Por ejemplo, se ha dado el caso de que una tierna foto de un gato sirvió para esconder archivos perjudiciales o para instalar apps nocivas en dispositivos Android. Pero, ¿cómo ocurre esto?
La técnica de esteganografía, aplicada a imágenes, puede causar ligeras modificaciones en ellas, señalando que han sido alteradas. Esta metodología consiste en ocultar el código malicioso en los bits de menor relevancia de la imagen.
Esto se logra cambiando la información en ciertos píxeles de forma que los cambios resulten casi indetectables, especialmente cuando se opta por el formato PNG en lugar de JPG, debido a las amplias capacidades de codificación del primero.
Cabe destacar que se trata de archivos multimedia comunes, modificados únicamente en algunos píxeles o metadatos de manera meticulosa, que, sin embargo, no son capaces de infectar dispositivos por sí solos al ser abiertos.
Un claro ejemplo de esta práctica fue una campaña utilizada hace años, que incluía una imagen de Kobe Bryant para esconder un script destinado a la minería de criptomonedas.
Se necesitan más elementos además de la imagen infectada
Surge entonces una pregunta clave: ¿Es posible que una simple imagen ejecute código en un sistema e inicie descargas o incluso llegue a infectarlo?
Aunque las posibilidades son muy escasas, se requeriría identificar una vulnerabilidad muy específica en el software utilizado para ver imágenes, que de alguna manera permitiera ejecutar los comandos deseados por un atacante al procesar el código malicioso oculto en la imagen.
¿Cómo se logra esto? A través de la conversión de la imagen en un contenedor para código Javascript, de tal manera que, al ser cargado por un navegador a través del elemento HTML 5 Canvas, se active dicho código.
Esta combinación de imagen y código Javascript ha sido denominada por los investigadores como IMAJS (IMAge+JavaScript).
Mediante este método, el atacante tiene la capacidad de ejecutar código dañino y, potencialmente, tomar control remoto de un dispositivo, con solo lograr que la víctima visite una página web que contenga una imagen diseñada específicamente para utilizar esta técnica.
¿Cómo identificar una imagen infectada?
Podría llegarse a pensar que es muy sencillo que todos los usuarios tengan imágenes infectadas dado que en redes sociales se comparten grandes cantidades de archivos multimedia. Pero lo cierto es que es muy difícil que una imagen infectada logre verse correctamente en WhatsApp, Instagram, Facebook o en cualquier plataforma social.
La realidad es que cuando una imagen se modifica para incluir código malicioso, es muy probable que este proceso la dañe, haciendo que la imagen no se ajuste a las especificaciones estándar de su formato y, como resultado, no se visualice de manera correcta.
Además, en el entorno de las redes sociales, el riesgo de compartir una imagen infectada con malware se reduce aún más pues estas plataformas suelen modificar las imágenes al subirlas.
Esto incluye cambios en el tamaño, comprimir la imagen, recortarla o ajustar algunos colores. Estas alteraciones dificultan que una imagen con malware mantenga su código dañino intacto después de ser publicada.
¿Cómo protegerse de esta técnica?
Para protegerse de la técnica de esteganografía que oculta código malicioso en imágenes, es fundamental adoptar una serie de medidas preventivas:
Mantener el software actualizado: Asegurar que el navegador web, el sistema operativo y todos los programas utilizados estén al día con las últimas actualizaciones de seguridad, ya que éstas suelen incluir parches para vulnerabilidades recién descubiertas.
Utilizar software de seguridad confiable: Instalar y mantener activo un programa antivirus o antimalware de buena reputación, que pueda detectar y bloquear intentos de infección.
Ser cauteloso con los enlaces y descargas: Evitar abrir imágenes o descargar archivos de fuentes desconocidas o sospechosas. Incluso en sitios web legítimos, es importante ser selectivo con lo que se descarga.
Implementando estas prácticas, los usuarios pueden fortalecer su defensa contra la infiltración de malware a través de imágenes y otros medios engañosos utilizados en la esteganografía.
Fuente: infobae.com