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Publicado: Miércoles, 23 Noviembre 2022 15:38
La Comisión Europea cree que se necesitan nuevas reglas para que las ONGs dejen de rescatar náufragos en el Mediterráneo.

El Derecho Internacional Marítimo (la “ley del mar”) obliga a cualquier navío a rescatar a cualquier náufrago o persona en peligro en el mar porque su embarcación no es segura y permite a ese buque desembarcarla en el puerto seguro más próximo.
Si un buque mercante rescata a unos pescadores en el mar, los lleva a puerto. Si el buque de una ONG rescata a migrantes en una balsa, tiene el mismo derecho de llevarlos a puerto. Al puerto seguro más cercano.
Los rescatados en el Mediterráneo que salen desde Libia o Túnez son llevados a Europa porque Naciones Unidas no considera que esos dos países norafricanos sean seguros para migrantes y solicitantes de asilo.
Las ONGs aprovechan esa ley para rescatar cada año a miles de personas.

La Comisión Europea, que lleva años buscando cómo frenar la llegada de inmigrantes o solicitantes de asilo, que paga a gobiernos de tránsito para que paren a esas personas durante su ruta y que mira para otro lado cuando la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados publica informes de las violencias, asesinatos, violaciones o ventas de inmigrantes como esclavos en Libia, siempre se sintió incómoda con esos rescates y buscó evitarlos.
Nunca lo consiguió. Cuando esas personas ya están en los buques de las ONGs, a la Comisión Europea no le queda otro remedio que pedir, aún con la boca pequeña, que los gobiernos vecinos abran sus puertos. El último conejo que el Ejecutivo europeo se sacó de la chistera involucra incluso a Naciones Unidas.
Nuevas reglas, a medida
La Comisión Europea cree que se necesitan nuevas reglas internacionales para que las ONGs tengan un marco delimitado en el que trabajar. La comisaria europea de Interior, la sueca Ylva Johansson, dijo el lunes que la Comisión no tiene ninguna propuesta al respecto, pero el mismo día hizo público un documento con una larga lista de propuestas.

Johansson sostiene que la Unión Europea debe sentarse a hablar con la Organización Marítima Internacional, la agencia de Naciones Unidas que regula las actividades en alta mar. ¿Para qué? Según ese documento, para tener una guía de actuación para los navíos de ONGs que rescatan náufragos en el mar.
La propuesta va sobre todo a acabar con parte de la bronca que se genera cada vez que un barco con migrantes pide desembarcar en Italia o Malta.
Si durante el mandato de Mario Draghi seguían llegando sin más problemas, con la nueva jefa de Gobierno, Giorgia Meloni, volvieron las discusiones.
En lo que va de año 90.000 personas atravesaron el Mediterráneo, un aumento del 50% respecto a 2021. Sólo el 15% llegan en buques de ONGs. La mayoría son rescatados por los guardacostas italianos, que pese a la retórica de su Gobierno siguen salvando vidas en el mar.

¿Debe la ley cambiar para que los rescatados sean desembarcados en el puerto más cercano sin tener en cuenta si es un puerto seguro? Johansson no lo dijo. Pero sí dijo que hay que hablar con la Organización Marítima Internacional porque, argumenta, “la situación hoy en día con los buques privados (de las ONGs) operando en el mar es un escenario que falta de suficiente claridad”.
La ley es clara: cualquier buque civil tiene derecho a desembarcar en el puerto seguro más cercano a las personas que rescata en el mar. Es tan simple que difícilmente se puede torcer. Por eso la Justicia italiana (los casos llegaron incluso al Tribunal Supremo) siempre dio la razón a esos buques cuando el ministro Matteo Salvini intentó bloquearlos.
La Convención Internacional de Búsqueda y Rescate Marítimo (1979) dice que es puerto seguro aquel en el que la vida de la persona rescatada no esté en peligro y donde pueda obtener ayuda básica como comida, agua o cobijo. Italia, Malta, España, Francia, Grecia, cumplen esas condiciones. Libia no.
Fuente: clarin.com
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Publicado: Miércoles, 02 Noviembre 2022 13:42
El presidente surcoreano Yoon Suk-yeol advirtió que se trata de una "invasión territorial". Es la primera vez que sucede desde la división de la península.

Asia afronta un escenario de máxima tensión: Corea del Norte lanzó este miércoles más de 10 misiles cerca de la costa del Corea del Sur y, a modo de respuesta, Seúl disparó tres proyectiles de precisión hacia las aguas norcoreanas.
El Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano detalló en un comunicado que aviones de combate F-15 y F-16 dispararon estos proyectiles "hacia mar abierto en aguas al norte de LLN (la Línea Límite Norte, divisoria entre las aguas de ambos países)" para "dar respuesta a la provocación" de las autoridades norcoreanas.
Uno de los misiles balísticos de corto alcance norcoreanos se estrelló a 26 kilómetros al sur de la Línea Límite Norte y a 57 kilómetros al este de la ciudad costera de Sokcho, lo que representó la primera vez que un proyectil de Pionyang cae en aguas sureñas.
Por ese motivo, las autoridades emitieron una inusual alerta de ataque aéreo en la isla de Ulleungdo (este) para pedir a sus habitantes que se refugiaran en búnkeres bajo tierra.
En ese contexto, el presidente Yoon Suk-yeol denunció que eso "constituye una invasión territorial con un misil que cruzó la línea límite norte por primera vez desde la división" de la península, después de la Segunda Guerra Mundial.

Asimismo, el mandatario convocó una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional para analizar el disparo que, para investigadores como Cheong Seong-chang del Institute Sejong, es la "demostración armada más agresiva y amenazante contra el Sur desde 2010".
El oficial Pak Jong Chon, un alto oficial de Corea del Norte, advirtió que "si Estados Unidos y Corea del Sur pretenden usar fuerzas armadas contra la República Popular Democrática de Corea sin miedo, los medios especiales de las fuerzas armadas de la RPDC desplegarán su misión estratégica sin retraso".
"Estados Unidos y Corea del Sur se enfrentarán a una situación terrible y pagarán el precio más horrible en la historia", subrayó.
Aunque las cifras varían de acuerdo al tipo de clasificación, el de este miércoles es el lanzamiento norcoreano número 36 en lo que va de año (una cifra récord), según la base de datos de la ONG estadounidense Nuclear Threat Initiative.
Japón reúne a su consejo de seguridad ante la tensión en Asia
La tensión en la península se ha incrementado a niveles peligrosos en los últimas semanas ante los insistentes lanzamientos norteños, las maniobras de los aliados y la posibilidad de que Pionyang realice su primera prueba nuclear en cinco años.
Luego de los lanzamientos de Corea del Norte, Japón convocó este miércoles a su Consejo de Seguridad Nacional para tratar la tensión en el continente. "Estos repetidos lanzamientos de misiles con tan alta frecuencia son inaceptables", dijo el primer ministro japonés, Fumio Kishida.

Por su parte, el ministro japonés de Defensa, Yasukazu Hamada tildó los actos de Corea del Norte como "una amenaza a la paz y seguridad de Japón, la región y la comunidad internacional", al tiempo que aseguró que Tokio ya instó a Pionyang a que comience una relación diplomática con Pekin.
Estos test norcoreanos "están teniendo lugar con más frecuencia que nunca", dijo posteriormente el portavoz gubernamental japonés, Hirokazu Matsuno, que reveló que durante el encuentro, además del análisis de los lanzamientos, se abordó cómo proceder en el futuro "ante el aumento de la tensión en la península" vecina.
Por su parte, Rusia también emitió una declaración y llamó a la "calma". El gobierno de Vladimir Putin les pidió a todas las partes mantener "la calma" tras el lanzamiento de numerosos misiles norcoreanos, un total de 23, que generaron condenas en Corea del Sur.
"Todas las partes de este conflicto deben evitar tomar medidas que puedan provocar un aumento de las tensiones", declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien insistió en que "la situación en la península ya es lo suficientemente tensa".
Fuente: clarin.com