Martes 15 de Octubre de 2024 - 15:35:32

El equipo inglés pertenece a un grupo inversor liderado por el magnate Todd Boehly.
Lo adquirió luego tras la polémica expulsión del ruso Roman Abramovich.
Con Enzo Fernández, Pochettino DT y millones invertidos, no encuentra el rumbo.

Todd Boehly, el dueño del Chelsea desde mayo de 2022. Foto: Glyn KIRK / AFP.

En una entrevista brindada el martes 26 por la noche, Javier Milei soltó una frase que hizo ruido en el ambiente del fútbol argentino. El presidente hablaba de la inclusión de las Sociedades Anónimas Deportivas en el DNU que presentó el Ejecutivo y señaló al pasar: "Ni bien salió el decreto, Chelsea se vio interesado en invertir en Argentina".

"No hace falta que diga que Argentina es cuna de cracks. Entendido como negocio hay un montón de negocios para hacer con el caso argentino. De repente podría estar representando en un lapso muy corto de tiempo inversiones por más de mil millones de dólares", sostuvo el mandatario para defender el decreto, en diálogo con LN+.

El nombre del club que destacó Milei no es uno cualquiera. Se trata de una de las billeteras más pesadas en la Premier League, que en el último año y medio viene gastando millonadas en jugadores y entrenadores para mantenerse en la elite del fútbol mundial.

Hasta febrero de 2022, Chelsea era el club de Roman Abramovich, el billonario cuya fortuna se calcula en 9 mil millones de dólares. El nacido en Sarátov hace 57 años desembarcó en el fútbol inglés en 2003 con su fortuna gestada en pozos petroleros y a fuerza de aciertos y errores logró transformar a un equipo chico de Londres en un contendiente serio a nivel planetario.
Ganó la Premier en 2005 y fue su segundo título en Primera División después de 50 años, y luego le siguieron cuatro títulos más: 2006, 2010, 2015, 2017. En medio de esa época de oro, logró el récord de mayor cantidad de partidos sin perder como local, en su mítico estadio de Stanford Bridge: 86 partidos (62 triunfos y 24 empates, desde el 21 de febrero de 2004 hasta el 26 de octubre de 2008.

Pero las alegrías fueron también más allá de los límites de la isla británica: bajo el legado de Abramovich, Chelsea ganó dos Champions League (2012 y 2021), dos Europa Leagues (2013 y 2019) y el Mundial de Clubes de 2021, disputado en febrero de 2022.

Chelsea, campeón del Mundial de Clubes en febrero de 2022, antes de la deblacle. Foto: Giuseppe CACACE / AFP.

Unos días después de esa conquista en el Mundial de Clubes, ganándole en la final al Palmeiras, el mundo se madrugó con una noticia que cambiaría el mapa geopolítico del mundo y la vida del equipo de la camiseta azul: el 24 de febrero de 2022 tropas rusas invadieron Ucrania dando inicio a un conflicto bélico que todavía persiste.

La decisión de Putin terminó arrastrando con él a lo que en Inglaterra se denominaron "oligarcas rusos", los empresarios con conexiones directas en torno a Moscú, que financiaban las acciones del régimen soviético. Abramovich tardó apenas diez días en vender su casa de Londres y desligarse del Chelsea, que pasó a manos de un fideicomiso que empezó a buscar nuevo propietario.

En ese contexto se dio la llegada del estadounidense Todd Boehly, quien al frente del grupo inversor BlueCo y tras aprobación del Gobierno británico, en mayo de 2022 se convirtió en el nuevo dueño del Chelsea a cambio de 4.971 millones de dólares. Es la misma firma que es propietaria del Racing de Estrasburgo, en la mitad de la tabla de Ligue 1 de Francia.

Boehly, de 50 años, también es un hombre adinerado: posee una fortuna valorada en 4.500 millones de dólares según Forbes. Y ya había intentado hacerse con el Chelsea en 2018 pero su oferta de 2.500 millones de dólares no fue suficiente. Tras la salida de Abramovich, duplicó esa oferta gracias a su unión con el fondo de inversión Clearlake Capital, el suizo Hansjörg Wyss y Mark Walter, su socio en otras dos franquicias deportivas que son inmensas en Estados Unidos y el mundo, Los Angeles Dodgers y Los Angeles Lakers.

Enzo Fernández todavía no cumplió con las expectativas. Foto:  EFE/EPA/ISABEL INFANTES.

Si la plata no trae la felicidad, mucho menos lo hace en el fútbol. La era Boehly no termina de arrancar en Chelsea, con resultados pobrísimos en términos deportivos. "No reconozco a mi club", resumió Didier Drogba, la otrora estrella del equipo en tiempos de Abramovich.

En su primera temporada con sus nuevos dueños, el Chelsea invirtió más de 700 millones de dólares en refuerzos pero terminó eliminado de todas las competiciones que disputó y finalizó 11 en la Premier, afuera de todas las copas de este ciclo. Uno de los fichajes récord fue el de Enzo Fernández, en enero, por 100 millones de dólares y luego de romperla en el Mundial de Qatar. El ex River, Defensa y Justicia y Benfica no pudo hacer demasiado en un equipo roto, caótico y sin rumbo.

Mauricio Pochettino, DT del Chelsea que marcha en el puesto 11 de la Premier. Foto: AP Photo/Francois Mori.

El otro argentino que se sumó al Chelsea ya en esta temporada es Mauricio Pochettino, con la misión de reencauzar a una plantilla que fue cambiando DTs como muestra de la falta de conducción. A Tuchel, campeón de la Champions 2021, lo echaron en la fase de grupos de la edición 2022. Al alemán le siguieron Graham Potter y Frank Lampard, todos con números rojos.

A pesar de que dio señales de una mayor calma y mejora, la mala racha se mantiene también con el DT nacido en Murphy, Santa Fe. Está en el puesto 11 de la Premier, a ocho puntos de las posiciones de Europa League, y a catorce de la chance de jugar la Champions, una quimera a esta altura del año cuando se lleva jugado la mitad del certamen.

Nadie puede cambiar el rumbo del Chelsea, ni siquiera el ecuatoriano Moisés Caicedo que llegó al equipo azul por 133 millones de euros para convertirse en el pase más caro de la historia de la Premier. Un negocio que por ahora da pérdida, y en el que los magnates americanos parecieran atentos a buscar nuevas alternativas.

Fuente: clarin.com