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Publicado: Martes, 15 Febrero 2022 11:42
El aparente repliegue es el primer signo de que Moscú está dando marcha desescalando la crisis con los países occidentales que eleva las tensiones desde finales de 2021

Algunas de las tropas rusas desplegadas desde hace semanas cerca de la frontera ucraniana y cuya presencia hacía temer una operación militar en el país vecino comenzaron a volver a sus cuarteles, anunció el martes el ministerio de Defensa.
“Las unidades de los distritos militares Sur y Oeste, que ya han concluido sus tareas, comenzaron a cargar en medios de transporte” y “empezarán a regresar a sus cuarteles hoy (martes)”, anunció el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov, citado por agencias de prensa rusas.
Al mismo tiempo, señaló que las Fuerzas Armadas de Rusia “continúan actividades de envergadura para la preparación de las tropas, en la que participan prácticamente todas las circunscripciones militares, las flotas y las unidades aerotransportadas”.
Por su parte, el Kremlin confirmó el retiro y aseguró que es algo normal, acusando de “histeria” a las acusaciones de Occidente. “Siempre dijimos que después de las maniobras (...) las tropas volverán a sus cuarteles de origen. Y eso es lo que está ocurriendo ahora. Es el proceso habitual”, dijo a la prensa el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Este anuncio es el primer signo de que Moscú está dando marcha atrás en su crisis con los países occidentales que dura desde finales de 2021.
Rusia desplegó desde diciembre más de 100.000 soldados en las fronteras con Ucrania, lo cual ha hecho temer una invasión inminente del país. Rusia siempre ha desmentido esta hipótesis pero sí reclama ciertas garantías para su seguridad, comenzando por la promesa de que Ucrania no será admitida en la OTAN, algo que los países occidentales se niegan a conceder.
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Los mercados rusos reaccionaron positivamente a la noticia y el rublo, que ha estado presionado por el temor a nuevas sanciones occidentales en caso de guerra, ganó un 1,5% poco después del anuncio del Ministerio de Defensa.
En respuesta al anuncio, las autoridades ucranianas celebraron el aparente repliegue. “Nosotros y nuestros aliados hemos conseguido evitar que Rusia siga escalando. Ya estamos a mediados de febrero y se ve que la diplomacia sigue funcionando”, declaró a la prensa el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba.
La ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss, dijo que Reino Unido necesitaría ver una retirada total de las tropas rusas de la frontera con Ucrania para creer que Moscú no tiene planes de invasión.
Un vídeo proporcionado por el Ministerio de Defensa y publicado por la agencia de noticias RIA mostraba algunos tanques y otros vehículos blindados siendo cargados en vagones de tren.
El ministerio ruso dijo que utilizará camiones para trasladar parte del material, mientras que algunas tropas se dirigirían a las bases por su cuenta.
Este martes, el presidente ruso Vladimir Putin recibe al canciller alemán Olaf Scholz en Moscú para intentar resolver esta crisis.
Los países occidentales han amenazado a Moscú con sanciones sin precedentes si entra en territorio ucraniano. Estados Unidos y otros países han desplegado además refuerzos militares en Europa oriental.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró el lunes que ve posible un acuerdo con Estados Unidos y la OTAN si “las propuestas de Rusia” en materia de seguridad “son escuchadas”, si bien instó a seguir negociando. Moscú rechazó la semana pasada la respuesta de Estados Unidos y la OTAN a sus propuestas.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, destacó durante la jornada que “el movimiento de las tropas rusas se realiza dentro de la frontera estatal” y agregó que “la envergadura del movimiento de las tropas ucranianas se realiza en la zona fronteriza con las repúblicas populares en Donbás y puede compararse con la envergadura del movimiento de las tropas en Rusia”.
En este momento, Rusia lleva a cabo maniobras militares en Bielorrusia, que se extenderán hasta el 20 de febrero.
Fuente: infobae.com
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Publicado: Viernes, 14 Enero 2022 11:30
"El duque de York seguirá sin desempeñar ninguna función pública y se defenderá en este caso en calidad de ciudadano privado", anunció el Palacio de Buckingham respecto del hijo de la reina Isabel II.

La decisión del príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, de renunciar a sus cargos honoríficos a la cabeza de regimientos militares y asociaciones benéficas parecen constituir una marca más que clara de la decisión de la familia real de alejar las desventuras del duque de York, en este caso judiciales, del Palacio de Buckingham.
"Con la aprobación de la reina y su acuerdo, los títulos militares del duque de York y sus patrocinios reales han sido devueltos a la reina", precisó un breve comunicado de la familia real, que remarcó que Andrés “seguirá sin desempeñar ninguna función pública y se defenderá en este caso en calidad de ciudadano privado".
Algunos de esos títulos militares se los había ganado el príncipe por su participación en la Guerra de Malvinas, en 1982, de la que volvió convertido casi en héroe.
La referencia a “este caso” del comunicado es el que tiene que ver con una denuncia en Nueva York por agresiones sexuales, en 2001, a una mujer que por entonces tenía 17 años, parte todo de un escándalo que incluye el suicidio del financista estadounidense Jeffrey Epstein y la condena a su expareja y amiga Ghislaine Maxwell, culpable de tráfico de menores con fines sexuales.

El caso de Andrés, considerado por todos como el "hijo predilecto" de Isabel II, es uno de los múltiples escándalos que dañan la imagen de la monarquía británica con los que debió lidiar recientemente la soberana, a sus 95 años.
El miércoles, un juez de Nueva York rechazó el pedido de los abogados de Andrés para que desestimase la denuncia de Virginia Guiffre, la estadounidense que lo acusa.
Guiffre es una de las víctimas de los delitos sexuales de Epstein, declarado culpable de pederastia por un tribunal de Florida y quien se suicidó en una cárcel de Nueva York en agosto de 2019, donde esperaba un nuevo juicio por tráfico y abuso de menores.
En la denuncia Giuffre afirma que el príncipe la "agredió sexualmente" en tres ocasiones en 2001: en Londres, Nueva York y en las Islas Vírgenes, en Estados Unidos.
La amistad de Andrés, de 61 años, con el estadounidense, a quien defendió en una muy controvertida entrevista con la BBC en noviembre de 2019, provocó un gran escándalo que lo obligó a retirarse de la vida pública.
La defensa del príncipe argumentaba que la demanda debía ser desestimada porque Giuffre había firmado en 2009 un acuerdo con Epstein, que se hizo público el mes pasado, para no llevar ante la Justicia ni a él ni "a otros acusados potenciales".
El príncipe siempre negó las acusaciones de Giuffre, pero la causa avanza y si todos recursos de Andrés fracasan, podría haber juicio civil entre septiembre y diciembre próximos.
La devolución de cargos honoríficos de Andrés deja a años luz de distancia en el tiempo una fuerte defensa que Buckingham había hecho, en agosto de 2019, del hijo de la reina: negó entonces “categóricamente" las acusaciones de abuso sexual que aparecieron en documentos que relataban las prácticas de Epstein.
"Este es un procedimiento que se lleva a cabo en los Estados Unidos, del que el duque de York no forma parte. Cualquier insinuación -de que él haya cometido- actos ilegales contra menores es categóricamente falsa", subrayó entonces el texto.
Antecedentes
Alejado de la vida pública hace tiempo, la acusación contra el príncipe viene a sumar un eslabón a la cadena de disgustos para la familia real que lo tuvieron en el centro de la escena: desde su controvertido noviazgo con la actriz Koo Stark, su posterior matrimonio con Sarah Ferguson –del que quedaron dos hijas- y un sinnúmero de maniobras oscuras en terrenos financieros.
Es que, todavía arropado por su familia, Andrés tuvo el cargo –otorgado por el parlamento- de representante especial para el Comercio e Inversión, con la idea de que defendiera los intereses empresariales del Reino Unido en el exterior.
Viajes y denuncias por su supuesta falta de ética en algunas operaciones fueron maniobradas, pero el “escándalo Epstein” iniciado en 2010 lo puso en un tobogán: al año siguiente se le retiró el cargo comercial y hubo una condena social por su amistad con quien aparecía en la prensa como un depredador sexual.
Más de una década después, Andrés –que ya no puede ser nombrado como “su alteza real”- enfrenta un momento complejo: alega no conocer a la denunciante pero hay una foto que los muestra juntos y considera infundada la denuncia pero para el juez Lewis Kaplan la presentación “no es ni 'ininteligible' ni 'vaga' ni 'ambigua'”.
En los próximos meses, ya defendiéndose “en calidad de ciudadano privado”, según Buckingham, se resolverá su suerte futura.
Fuente: telam.com.ar